Hiperreal

Cuando la imagen fotográfica se reconoce como una amalgama de otros lenguajes que se entrecruzan, en vez de ser una representación del mundo, entramos en el ámbito de Hiperreal. La presente muestra fotográfica aspira a distanciarse del hiperrealismo y se sitúa en la conformación de otro tipo de objeto visual. Es este un artefacto que tiene la percepción de sus ficciones al reconocer el trauma de lo real, ya que busca y encuentra en la fotografía una manera de contener el hecho terrible de la experiencia.

Estas fotografías son “interpretaciones” de lo real, en una suerte de lucha para llegar a término con una carencia vista desde la óptica misma de la ciudad europea, vértice del proyecto de la modernidad. La exposición presenta una serie de ventanas conceptuales, constituidas cada una por grupos de seis fotografías, que nos ofrecen un andar por la ciudad, por sus sujeciones, por sus recovecos, para así mirar de forma crítica. Las fotos pretenden (re)presentar la imposibilidad de la simbolización desde las entrañas del ente urbano Occidental, que se descifra desde el teléfono celular inteligente. Mediante aplicaciones y programados que posibilitan el retoque digital de lo fotografiado, esta (re)creación de lo ficcional nos permite comprender, de manera “material”, el desfase entre el imaginario y lo real.

En la acción de tomar la fotografía existe una producción simbólica que deviene en refugio, como contención de lo real. Por tanto, la simulación ontológica de estas fotos funciona como resguardo ante lo sobrecogedor de lo “sublime”. Es decir, las diferentes capas que se pintan sobre las fotografías --esos otros lenguajes (pictórico, cinematográfico)-- se revelan como cobijo para la mirada sobre lo verdadero y la divergencia que se crea con el imaginario. Ese desacuerdo simbólico es el espacio de Hiperreal.

 

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